viernes, 21 de agosto de 2009

Que Veinte Años Es Mucho

Condenaron a Chabán. Veinte años. Éste debe ser el único país en el que no se condena al causante del incendio, sino a quien no lo evitó —y basándose precisamente en haber intentado hacerlo—.

Me explico: Ni soy jurista ni he leído aún la fundamentación del fallo, pero lo que me llamó poderosamente la atención es que en la visión del tribunal la prueba del dolo es que Chabán tenía el dominio de esta situación" y “podía neutralizar los factores causales”. ¿En base a qué lo dicen? En que “le pidió al público, por medio de un micrófono, que no arrojara pirotecnia, ya que se podía generar una tragedia”.

¿No significa eso, exactamente, que intentó evitar la tragedia pero no pudo porque no le hacían caso —le gritaban “botón”—, lo cual demuestra que NO tenía “dominio” y que, además, no hubo intención —es decir, “dolo"— de que muriera nadie, sino lo contrario?

El argumento recuerda al de cuando la destitución de Ibarra, quien, como expresó Rebot en la estocada final, "dejó a la ciudad sin cuerpo de inspectores" —al intentar depurarlo echando a los corruptos—.

Pero en el país del revés, al revés es el razonamiento, ¿o no? ¿En qué cabezas cabe llamar “asesinos” a quienes, presentes en el incendio y tan encerrados como todos, fácilmente podrían también haber sido víctimas fatales?

En las de Iglesias y otros familiares que, además, desde el primer día así llamaron —lo siguen haciendo— hasta a Ibarra. Desde entonces, no salgo de mi asombro al ver abogados y “analistas” doctorales, de saco y corbata, afirmando gravemente que al Jefe de Gobierno se lo debía condenar por “homicidio simple”. Repito, no soy abogado, ¿pero no es verdad que la figura de homicidio simple conlleva, necesariamente, intención de matar? "No fue incumplimiento e deberes —los vi decir—, Ibarra mató, asesinó"... Y lo repitieron, muchas veces, sin que un solo periodista se los cuestionara.

Lo que no se dice, en cambio, —es tabú— es que quienes sí causaron el incendio, quienes intencionalmente tiraron bengalas y candelas, podrían estar entre los muertos. Podrían haber sido los hijos de algunos de esos mismos padres que públicamente amenazaron de muerte a Chabán, a jueces, a Ibarra y hasta a los hijos de este último, y acaban de volver a decir “los vamos a matar” (a Callejeros, por haber sido absueltos).

¿O no? De estar vivos, con tantos testimonios de sobrevivientes que los vieron bien de cerca, ¿no sería más probable que los hubieran encontrado?

Me pregunto con qué criterio esos jueces absuelven a quienes —aunque lo nieguen— alentaban el uso de bengalas y es muy posible que ellos mismos introdujeran algunas al local, pero aplican penas severísimas a los que, a todas luces, no cometieron más delito que el de ser tan “vivos” e irresponsables como el 99% de los argentinos (especialmente, empresarios)?

Hace tiempo que esos familiares violentos, impulsores de “la ley de la turba enardecida” que quizá haya logrado amedrentar al tribunal —humano, al fin y al cabo—, esos que agredieron sin piedad a personas intachables si las hay como Estela Carlotto y Strassera, perdieron el derecho a mi respeto y comprensión. Lo que hacen NO está bien. No hay dolor que lo justifique, por más que desde la televisión perversa y esquizofrenizante nos quieran convencer (y han convencido a muchos) de que “el dolor” justifica cualquier cosa. La misma televisión, los mismos medios, que presentaban a Videla como “moderado”, y a las Madres como “locas”, “locas” que jamás plantearon justicia por mano propia, aunque sus hijos SÍ fueron asesinados y horriblemente torturados, víctimas del más aberrante de todos los delitos.

Uno de esos mismos medios tituló "193 MUERTOS Y NINGÚN PRESO" —siempre ¡SIEMPRE! queriendo corroer aún más mentes primitivas—.

El dolor, per se, NO da razón. Eso es parte del razonamiento “al vesre” de los argentinos (del cual esos medios tienen MUCHA responsabilidad). Como lo es decir, ante cualquier desastre, que “la culpa es del Gobierno porque no controla”. A ver: si un borracho, a exceso de velocidad, se pasa una luz roja con su coche en pésimas condiciones de mantenmiento, embistiendo peatones y matándose, ¿se podría decir que la culpa es del Jefe de Policía, el Comisario de la zona, o hasta el cana de la esquina, por “no controlar”, y el conductor no tuvo culpa por ser víctima?... Pues eso, más o menos, es lo que hicieron con Ibarra.

Sostengo que ese tipo de “razonamiento” no es solamente equivocado, sino hasta fascista —porque fascista es el ideal de tener todo y a todos controlados todo el tiempo—.

Veinte años es mucho, DEMASIADO. Pobre tipo, Chabán, víctima de su propia cultura. La nuestra, la de todos. Una cultura de la sinrazón.

1 comentario:

Eva Row dijo...

Totalmente de acuerdo contigo Ricardo, palabra por palabra. Excelente artículo, ni una coma de más.
Saludos.