miércoles, 20 de julio de 2011

Yo soy testigo

En estos días además de estériles debates acerca de la mayor o menor calidad de algunos votos y algunos votantes, de esquizofrenias cruzadas, hay permanentes alertas acerca del desabastecimiento de combustibles, bastante exageradas por cierto, francamente poco serias, que adicionalmente generan un clima de angustia innecesario, pero que aún así no podemos ni mucho menos debemos minimizar.

Es un tema de debate antiguo, acerca de una debilidad estructural que nos ha quedado como herencia de la segunda y más infame de las décadas, y que aún no hemos abordado con la debida seriedad.

Posiblemente sea una de las mayores deudas del actual gobierno nacional. En mi humilde opinión, la necesidad de una reforma tributaria profunda además de progresiva acompañada de aún más intensidad en la lucha contra la elusión, y por supuesto la evasión, y por otro lado de una inteligente y también profunda reforma agraria, son los otros dos temas que aún no se han siquiera planteado y se me antojan esenciales para los próximos años en los que, si mi análisis no es erróneo, el esquema de crecimiento hasta ahora exitoso empezará a agotarse, el amesetamiento que ya se percibe se acentuará, y la inequidad social aún irresuelta cobrará una fuerza mucho mayor.
Y de entre estos temas la cuestión energética se me antoja vital, porque para que cualquier modelo de desarrollo inclusivo sea exitoso -algo que asumo todos deseamos-, es ciertamente necesario garantizar la provisión de energía a un costo razonable.

Se me dirá que no es el actual gobierno nacional el responsable de originar esta debilidad, lo cual es absolutamente cierto, ya que esta responsabilidad le cabe a quienes gobernaban en la década de los '90, y a todos aquellos que los apoyaban apostando -inexplicablemente muchos aún hoy lo hacen- por el capitalismo financiero y su ideología de sustento, el neoliberalismo. Pero ya va siendo hora de que se coja el toro por las astas en esta cuestión -expresión que nunca tuvo más sentido que analizándola-, y de esto sí que el responsable es el actual gobierno en tanto en 8 años ha dispuesto de tiempo suficiente para también ocuparse de ella, como efectivamente hizo, y con acierto, en tantos otros temas.

Hace varios meses, ante la venta de parte de Repsol de un importante porcentaje de su paquete accionario comenté que me parecía que esta empresa había decidido entrar en una fase de rapiña salvaje. Y advertí que me parecía claro que, como no se haga algo rápido, iban a dejar una situación de tierra arrasada. La privatización del petróleo nos había dejado en manos de empresas que, como es lógico, pretendían un máximo beneficio con la menor inversión posible. Por la misma época un extenso y en líneas generales bastante preciso informe de Carlos Pagni publicado por La Nación daba cuenta de la situación en la que estaba YPF. No quedaba claro por qué alguien compraba acciones de una empresa que estaba agotando las reservas que son la base de su negocio, pero al poco tiempo nos enteramos de que el potencial de YPF era el gas.

Ahora el lúcido periodista especializado en economía Alfredo Zaiat escribió para Página/12 un estupendo artículo que nos permite completar con certeza el análisis. Una nota diáfana, necesariamente precisa, y que desde mi punto de vista apunta al origen del problema, y que además encierra conceptualmente la génesis de la potencial solución.

Cuanto antes le meta mano el estado argentino, menor será el daño, y menor será el costo de repararlo. Además, en el caso contrario, es decir si dejamos la situación en manos de los intereses privados, es más que probable que dentro de una década Argentina pase a ser un país importador neto de combustibles; y no creo que en una década estén suficientemente desarrollados los vehículos eléctricos, escenario en el que sí estaríamos en condiciones de ser sustentables.


Publicado en El Diario de Gualeguay.


La imagen que ilustra esta entrada corresponde a la obra Materství 1986 del magnífico artista checo Jan Saudek.




Testify es un sencillo de la banda de rap metal Rage Against The Machine, de su tercer álbum de estudio, The Battle of Los Angeles.
El vídeo, dirigido por Michael Moore, presenta a un grupo de extraterrestres, con el texto "Aliens plot to conquer earth - Release the mutant" ("Los extraterrestres planean conquistar la tierra - Suelten al mutante").
Un tema clave del vídeo es el petroleo, con variadas escenas de la Guerra del Golfo, y líneas en gasolineras acompañadas del texto "Mass graves for the pump and the price is set" ("Muertes masivas para el bombeo y el precio esta puesto").

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