martes, 6 de octubre de 2009

No todo es lo mismo, estúpido !


Los sábados, mis escasos y estimadisimos seguidores, suelen ser propicios a la lectura meditada, a la búsqueda de materiales que proporcionen, como diría el turco Atallah - veterano mercero (y versero) del barrio La República - "tela para cortar".

Así, este modesto escriba suele hurgar , a la búsqueda de inspiración, y no como sugieren desde algunas tribunas "para robar a mansalva", en páginas web de reconocida honradez informativa y que realizan el loable trabajo de recopilar opiniones calificadas, aparecidas en distintos medios.

Esta tarea, verdadero apostolado, si le añadimos que estas personas hasta se toman la molestia de traducir ensayos en idiomas tan poco amigables y difundidos como el inglés o el francés, permite a aquellos que - como en el caso de vuestro polígrafo - inmersos en la cotidiana rutina semanal, contamos con escasos momentos para la lectura analítica y desapasionada, enterarnos qué piensan los que dedican su vida precisamente a eso.

La languidez de la siesta provinciana permite reflexionar, coincidir o discrepar con la idea en cuestión, y - en ocasiones - re-elaborar el material.

Retorcerlo un poco, digamos, sin forzar su esencia, a fin que nos muestre lo que "debería" decir, de alguna otra categoría, con las herramientas conceptuales aplicadas en el texto original.

En algunos casos este escriba ha encontrado incluso respaldo argumental para sus opiniones sobre - es un decir - la etiqueta sexual de los jóvenes de las capas medias de la sociedad, en sesudos estudios que abordaban los hábitos de apareamiento de la "mantis religiosa", sin ir mas lejos.

Así introducido el tema, mis pacientes seguidores, y ya en tren de confesiones, este polígrafo expondrá sin medias tintas (o bites) uno de los numerosos misterios que su mediocre magín no ha logrado aún develar, a saber:
  • ¿Por qué importante razón ciertas formaciones políticas compatriotas sostienen, contra toda evidencia, que "todo es lo mismo"? En referencia a las expresiones políticas que - según estas antedichas formaciones - serían las que postulan el mantenimiento del actual "orden de las cosas".
Años de transitar bares, algunas aulas y muchas ginebras han otorgado al polígrafo del barrio La República alguna modesta autoridad en la disección de las formas de pensar de estos grupos políticos, llegando incluso a mimetizarse como simpatizante a fin de explorar más profundamente los hábitos, costumbres, amores y odios de sus militantes.

Cierta tendencia a presentar la resolución de las problemáticas políticas - y humanas - en términos de "todo o nada", resumidas en algún momento en la fórmula "no retroceder ni para tomar impulso", convencieron a vuestro escriba que alguna sustancial carencia en la formación intelectual de la dirigencia de estas formaciones impedía a estos esforzados campeones de la causa de los trabajadores internalizar conceptos cuya antiguedad y vigencia hieren los ojos, de tan luminosos que son.

Llegaron los sarracenos y nos molieron a palos, que Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos.

Maquiavelo, por decir alguien insospechado de pasiones actuales, lo tenía claro.

Así que resultó muy agradable toparme con la conclusión que reproduzco a continuación.

¿Quién dijo que todo está perdido?

Miren acá

"El acceso formal al espectro radioeléctrico de sindicatos, movimientos sociales, indígenas, radios comunitarias, cooperativas, universidades, etc., constituye un elemento de democratización política. La izquierda debe defenderla. En sintonía con Marx, que en La cuestión judía sostenía que la emancipación política era un avance que se debía apoyar, aunque el objetivo era la emancipación social, aquí el avance legal debe servir como plataforma para colocar el poder de la palabra más allá del capital. No se avanza un paso denunciando que unos y otros son capitalistas, como tampoco se puede gritar en una bomba de vacío. El que no sabe reconocer en política la paleta de colores está perdido para la causa del socialismo. La demanda de presupuestos culturales y periodísticos para todos los emprendimientos comunicacionales, desde el último barrio hasta la última fábrica, bajo las mil y un formas que pueda adquirir en la política cotidiana, constituye un norte político cultural que la izquierda no debería soslayar y que, si se aprueba la ley de servicios audiovisuales, contará con un piso más alto desde el cual encarar dicha tarea."

Jorge Sanmartino es Integrante del EDI (Economistas de Izquierda) y de la Asociación Gramsciana Argentina.

2 comentarios:

Eva Row dijo...

Udi es un escritor que en esta pieza literaria utiliza la prosa más impecable del mejor estilo clásico como sustento estético de la ironía y del sarcasmo. Sin embargo, la seriedad con la que escribe, apenas si deja entrever esa ironía y sarcasmo, que sólo se expresa a través de lo sofisticado de la prosa para los tiempos actuales, y que puede confundir muy sinceramente al lector desprevenido.
Yo creo que Udi tiene una propuesta estética crítica del modo más moderno de escritura, y por eso ancla en el clasismo, como reacción de contraste. Es algo parecido al retrato de Clinton en calzoncillos. Un estilo clásico de retrato serio, de un Presidente elegante, pero en calzoncillos.
Todo un desafío leer a Udi.

Udi dijo...

Eva: ¡Gracias!...¿Gracias?