En estos últimos tiempos, a raíz del eterno enfrentamiento entre Palestina e Israel, he escuchado y leído a diferentes personas, asegurar sin pestañear, que los judíos están desarrollando una política de neto corte fascista en el mencionado conflicto
Si ustedes me lo permiten, voy a disentir con la idea instalada de que los judíos son tan infames e insensatos como los nazis. No está bien, y no estoy de acuerdo.
El judaísmo es una religión, no una concepción política o una raza. De hecho, hay judíos de diferentes razas y definiciones políticas. Así como no es correcto, y no estoy hablando en este caso sólo de cuestiones morales, asociar el nazismo a Alemania y los alemanes, tampoco es correcto asociar el estado de Israel al judaísmo. No solamente porque más del 20% de los ciudadanos israelíes no profesan esa religión, sino también, porque de los que profesan esa religión en todo el mundo, un sector importante, me animo a decir mayoritario, no comparten las políticas fascistas del gobierno del estado de Israel.
Sí estoy de acuerdo en condenar, con toda la dureza posible, el accionar del estado de Israel. Es más, deberíamos organizarnos para presionar a los organismos internacionales para que declaren al estado de Israel organización terrorista, en tanto en su accionar, se comporta como tal.
Pero de ningún modo, es el pueblo judío quien así se comporta, no son "Los Judíos".
Este tema de las generalizaciones, eterna e inexorablemente incorrectas, me recuerda que muchos cristianos (y no sólo miembros de la iglesia católica), durante siglos y siglos persiguieron y mataron (no sólo discriminaron) a los judíos. Argumentaban neciamente, que los judíos habían matado a Jesús. Y resulta que, irónicamente, el nazareno era judío. Un esenio, un rebelde ciertamente, pero vivió como judío y murió por ser judío.
La "Milonga del moro judío", canción compuesta por Jorge Drexler e incluida en su disco Eco (2004), en la que tomó como estribillo una cuarteta de Chicho Sánchez Ferlosio, que fue glosando en sucesivas décimas: ”Yo soy un moro judío / que vive con los cristianos, / no sé qué Dios es el mío / ni cuáles son mis hermanos”, resume de manera acabada mi posición sobre este tema. Deberíamos proponerla como himno de la ONU, o al menos, que la canten todos sus miembros antes de un debate sobre algún conflicto que suponga acciones bélicas.
Fue publicado en Descubriendo los tesoros.
Si ustedes me lo permiten, voy a disentir con la idea instalada de que los judíos son tan infames e insensatos como los nazis. No está bien, y no estoy de acuerdo.
El judaísmo es una religión, no una concepción política o una raza. De hecho, hay judíos de diferentes razas y definiciones políticas. Así como no es correcto, y no estoy hablando en este caso sólo de cuestiones morales, asociar el nazismo a Alemania y los alemanes, tampoco es correcto asociar el estado de Israel al judaísmo. No solamente porque más del 20% de los ciudadanos israelíes no profesan esa religión, sino también, porque de los que profesan esa religión en todo el mundo, un sector importante, me animo a decir mayoritario, no comparten las políticas fascistas del gobierno del estado de Israel.
Sí estoy de acuerdo en condenar, con toda la dureza posible, el accionar del estado de Israel. Es más, deberíamos organizarnos para presionar a los organismos internacionales para que declaren al estado de Israel organización terrorista, en tanto en su accionar, se comporta como tal.
Pero de ningún modo, es el pueblo judío quien así se comporta, no son "Los Judíos".
Este tema de las generalizaciones, eterna e inexorablemente incorrectas, me recuerda que muchos cristianos (y no sólo miembros de la iglesia católica), durante siglos y siglos persiguieron y mataron (no sólo discriminaron) a los judíos. Argumentaban neciamente, que los judíos habían matado a Jesús. Y resulta que, irónicamente, el nazareno era judío. Un esenio, un rebelde ciertamente, pero vivió como judío y murió por ser judío.
La "Milonga del moro judío", canción compuesta por Jorge Drexler e incluida en su disco Eco (2004), en la que tomó como estribillo una cuarteta de Chicho Sánchez Ferlosio, que fue glosando en sucesivas décimas: ”Yo soy un moro judío / que vive con los cristianos, / no sé qué Dios es el mío / ni cuáles son mis hermanos”, resume de manera acabada mi posición sobre este tema. Deberíamos proponerla como himno de la ONU, o al menos, que la canten todos sus miembros antes de un debate sobre algún conflicto que suponga acciones bélicas.
Fue publicado en Descubriendo los tesoros.
1 comentario:
El post está muy bien. Pero como empecé a ampliar el tema en el comentario, decidí hacer un post con el escrito. Tomalo como continuación de este comentario.
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