La explicación es la siguiente: siendo psicólogo y psicoanalista, siempre he evitado escribir "desde" esos lugares conceptuales, porque en todo caso, también significaba limitarse a ellos.
Es decir, uno escribe desde la formación que ha tenido, pero eligiendo una libertad de mirada mucho más amplia.
Es decir, uno escribe desde la formación que ha tenido, pero eligiendo una libertad de mirada mucho más amplia.
Y el que escribe es siempre un Sujeto.
Por todo lo dicho anteriormente, había elegido no ser Sujeto del Inconsciente, ni Sujeto del Significante; sino que tomé el nombre "Sujeto de la Historia" sin necesidad de ceñirme rigurosamente al concepto hegeliano, tan sólo denotar que somos el entrecruzamiento de discursos, de hechos, de la historia individual, familiar, colectiva. Sujeto sujetado, determinado, pero en permanente lucha contra lo que lo determina, sujeto que "hace" historia.
Ahora, que he decidido comenzar a estudiar la carrera de Filosofía, sostener "Sujeto de la Historia" se hace imposible, por las razones de coherencia ya expuestas; por eso, a partir de ahora, chau Sujeto de la Historia, hola Sujeto.
Aprovecho para saludarlos, y agradecerles su paciencia y buenos aportes.
Por todo lo dicho anteriormente, había elegido no ser Sujeto del Inconsciente, ni Sujeto del Significante; sino que tomé el nombre "Sujeto de la Historia" sin necesidad de ceñirme rigurosamente al concepto hegeliano, tan sólo denotar que somos el entrecruzamiento de discursos, de hechos, de la historia individual, familiar, colectiva. Sujeto sujetado, determinado, pero en permanente lucha contra lo que lo determina, sujeto que "hace" historia.
Ahora, que he decidido comenzar a estudiar la carrera de Filosofía, sostener "Sujeto de la Historia" se hace imposible, por las razones de coherencia ya expuestas; por eso, a partir de ahora, chau Sujeto de la Historia, hola Sujeto.
Aprovecho para saludarlos, y agradecerles su paciencia y buenos aportes.
2 comentarios:
Me alegro muchísimo del cambio, más que nada porque es más corto y uno puede imaginarse una persona mejor con un nombre corto que con uno largo que intimida.
Imaginate lo que es imaginarse a Brígida Frías de López Buchardo, o Nélida Vaccarezza de Vaccarezza. o Clelia Rosales Pico de Fernández Podestá Costa. Eran profesoras mías.
Bueno, esto es como para amenizar la cosa. Me alegro otra vez, la facilidad del nombre ayuda a las relaciones. Por suerte tengo un nombre bien corto y uso el final del apellido de mi marido para formar el nombre que es mi seudónimo. Un beso grande.
Hola Eva
En realidad, a mí también me libera un poco, en fin...manías.
Aunque cambie la botella, el vino será el mismo.
Otro beso para vos
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