jueves, 4 de noviembre de 2010

Bicentenario y Muerte: el Pueblo en Acto

A veces uno siente simplemente el impulso de escribir y ya; una fuerza poderosa, una corriente de agua (¿o un viento patagónico?) que lo lleva por delante, lo atropella. Y si bien nunca se tiene muy claro qué terminará diciendo, a veces sabe sobre qué va a hablar.

No es ese el caso hoy. Se entrecruzan, se mezclan, se arremolinan sentimientos y pensamientos, intuiciones; visiones del pasado y del futuro, muertes y nacimientos; pero, paradójicamente, de todo este caos surge un sólo punto de certidumbre: el de haber cruzado un umbral en la historia a partir del cual nada será como lo fuera, porque algo nuevo está naciendo. Porque muerte y vida son dos caras de la misma moneda.

La muerte de Néstor Kirchner irrumpió en nuestras vidas, pateando todos los tableros, reconfigurando todo a su alrededor de manera dramática, del mismo modo en que había llegado; hasta en eso fue coherente.

Durante estos días, en las largas horas de estar en la Plaza y en la fila para la despedida, me preguntaba porqué estaríamos ahí cada uno de nosotros; cuál era el motivo singular, la cuerda íntima tocada para que nos encontráramos allí toda la maravillosa y heterogénea multitud que conformábamos; si el motivo que había impulsado al profesional de buen pasar económico era el mismo de la mamá que percibe la AUH; o si lo que convocaba a la gente anciana que estuvo allí increíblemente en pie a lo largo de las horas era compartido por las oleadas de pibes y pibas, jóvenes, vitales, deseosos de construír su futuro.

Se lloraba, se cantaba, se compartía con el ocasional compañero de al lado, con el que el destino había juntado en un tiempo, un espacio y un ideal. Había una ceremonia pagana, un conjuro de la tristeza, sí, pero sin angustia. No es un dato menor: había una gran tristeza, una pena enorme, pero a la vez una gran serenidad, en todo caso, un triste compartir.


No puedo evitar recordar un momento del Bicentenario: en la medianoche del 24 de Mayo, cantando el Himno junto a millones, donde escribíamos que lo que se jugaba era, ni más ni menos que la Constitución del Nosotros; me pregunto si no estaremos ante una profundización de ese "Nosotros", emergiendo como el acto fundacional de una nueva etapa, del resurgimiento de una fuerte corriente de pensamiento y sentimiento nacional y popular, libertaria e incluyente, allí donde antes había sólo dudas .

"Gracias, Néstor. Fuerza, Cristina" , es el grito de batalla, la imbricación de lo que ya se ha hecho con lo que aún está pendiente de hacerse; es, también, la letra del compromiso que, en tanto pueblo, asumimos: seguí esta línea, te acompañamos.

Ahora bien, ¿habrá alguna razón fundamental, que se destaque nítidamente sobre las demás, que haya originado esto ? Seguramente, cada uno de nosotros tendrá la suya; en lo personal, creo que Néstor Kirchner volvió a unir política con pueblo mediante la Dignificación: si la política vuelve a tener sentido, retorna como rectora de los destinos de un pueblo, es porque lo hace atendiendo los intereses de las masas populares, en particular, de las más desprotegidas. La política deja de ser instrumento de dominación económica y social para transformarse en la herramienta de cambio. Esto, en sí, en la Argentina del siglo XXI, es una verdadera revolución, diríamos, la matriz revolucionaria: ampliando el espectro comunicacional, lo que redundará en mayor pluralismo; volviendo a otorgarle al Estado un rol fundamental en el equilibramiento de la economía; promoviendo la industrialización en general, recuperando fábricas; la AUH a la vez que ayuda económica importante para los más desprotegidos, provee educación; la promoción del empleo de toda manera posible; la posibilidad que los trabajadores discutan salarios mediante paritarias; el rescate del sistema previsional y la lenta pero persistente recuperación de los haberes jubilatorios; la ampliación de derechos de las minorías, como lo ha representado la Ley de matrimonio Igualitario; y batallas aún por darse, como la discusión sobre el Aborto, porque el estado no puede desatender el hecho ya existente que éste se produce clandestinamente, pero que las mujeres pobres lo efectúan en condiciones que suelen desembocar en su muerte. ¿Alguien puede pensar en que estas conquistas son fácilmente desmontables ? Si bien una parte de la población tiene un acendrado componente reaccionario, hay desatado en la sociedad un impulso a más, a mejor, que no será fácilmente detenible por quienes tiran para atrás.

La muerte. Jodido tema para meterse. A nivel del Inconsciente, el freudiano, no hay
representación en el Inconsciente; traduzco: no hay palabras que recubran eso llamado muerte.

Si toda muerte es, a su modo, un mundo que se derrumba, ésta, nuestra magna muerte, reconfigura el campo en cuestión, porque ha hecho del Pueblo, Acto.

No puedo dejar de emplear este "reconfigura", es lo que insiste y en su insistencia repite, pero repite en diferencia, porque justamente todo va mutando: el traidor es más visible en su traición, porque destaca, contrasta demasiado con la extraordinaria muestra de gratitud y lealtad colectivas. La impotencia de los charlatanes de la politiquería, sus discursos de ocasión, mediocres, grises, naufragan frente a la simple contundencia del acto popular; la fabricación perversa del sentido común se va a pique, porque queda desnudo el odio que lo sustenta, mientras sus pantallas no pueden ocultar el amor de millones.

Allí donde la idea neoliberal creaba clientes, consumidores, competidores, instalaba individualismo, desconfianza, lucro, cálculo. Lógica de mercaderes, el fin supremo no se extiende más allá de la propia familia. La libertad, tan bastardeada, se reduce al derecho de propiedad. Privada, claro. Si la libertad es "del individuo" y la propiedad "es privada"; si la sociedad se reduce a un ámbito de competencia individual, con ganadores y perdedores; si el pensamiento se vuelve el eco de la voz del otro, no hay proyecto común posible, no hay destino común posible. Es éste el verdadero lugar de la Angustia: la posición de la mosca atrapada en la telaraña.

Hacía falta un nuevo acto para salir de este lugar de la angustia, de la telaraña del pensamiento único. Esta es la novedad que viene a introducir el kirchnerismo: a fuerza de hechos, de actos, de restitución de dignidades, va haciendo que lo invidividual vacile, que el otro comience a tener otra existencia. Es eso, entre otras cosas, lo que encierra ese "Gracias, Néstor. Fuerza, Cristina"
Esta corriente de pueblo es la que se constituye en acto; es el pueblo hecho cuerpo el que abarrota la Plaza de la historia. El Pueblo en Acto es de la misma madera que el que en el 45 rescató a un hombre para convertirlo en su líder.

Ese ganar la calle sin otra convocatoria que el compromiso que se decide asumir; ese poder verse reflejado en las lágrimas del otro que se convierte en un semejante, ya de por sí constituyen una dolorosa derrota para la antipolítica: donde nos quieren temerosos, "adaptados", discriminando al de tez más oscura, con su billetera más vacía y su vocabulario más limitado, separados, en cambio, nos encuentran en pleno acto, resignificando la toma de ciertas banderas nacionales que habíamos comenzado a vislumbrar en el Bicentenario: ya habíamos comenzado a entender que había que volver a constituír ese "Nosotros", ahora, estamos aprendiendo a darle su contenido: inclusión, dignidad, justicia.

Y en eso estamos, muchos de nosotros, reaprendiendo a ser pueblo.

Hasta la Victoria, Siempre.

    4 comentarios:

    Eva Row dijo...

    Vengo acá, Sujeto, a buscar consuelo. En este rinconcito sé que encuentro un compañero, que puede, que está en condiciones de valorar el dolor. Que tengo.

    Decís que en el "acto" el pueblo constituye el "Nosotros".

    Yo diría además, que este Nosotros que se ha constituído, en la plaza y en el dolor de tantos que no pudieron ir, que se extiende por toda la República Argentina, este "Nosotros" define no sólo la inclusión, sino que se define como excluyente de determinados "Otros".

    Este no es un Nosotros etéreo sino definido, concreto, posicionado, que viene a mostrarse como guardián de algo, que viene a decir aquí estamos Nosotros, enfrente de Otros.

    Si tuviéramos que buscar un Preámbulo a esta Constitución, no sería el correspondiente a un país deshabitado que abría generoso el ingreso de los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino.

    Hoy la cosa no está en poblar, como solución al problema básico. Hoy la cosa pasa sostener el enfrentamiento abierto contra un enemigo interno que quiere impedir la inclusión. Sostenerlo para no perder la energía puesta en esa batalla, y para llevarla a la victoria.

    Sujeto de la Historia dijo...

    Hola Eva
    Grata sorpresa! no pensé que te leería tan rápido acá, que es tu casa.
    ¿Cómo no voy a valorar el dolor ? mirá lo que tardé en poder escribir algo más o menos articulado, que sea algo más que la expresión de la tristeza.
    Me gusta pensar la idea de que, este Nosotros que percibo viene asomando desde el Bicentenario es, más que nada, un acto de des-alienación: si estar alienado es "ser otro", desalienarse es el primer y necesario paso para poder constituír un "Nosotros". Y no me refiero a quienes ya "somos del palo", si no de masas de gente por lo común poco afectas a la política, que la miran de afuera, tal como miran un programa de tinelli. (SIGO)

    Sujeto de la Historia dijo...

    Que esa gente, cliente natural de los caranchos mediáticos, que se ocupaban de decirle a quién debían odiar, que esa gente descubra que el tipo que murió está siendo llorado por MILLONES en las calles, porque sienten que les devolvió la dignidad, causa grietas en el pensamiento teledirigido. La Plaza, las calles, estaban llenas de familias, gente mayor, y el piberío del cual tanto estamos hablando.
    Bienvenido si después de esto se multiplica la militancia, pero lo que me parece más importante es que se multiplique la desalienación, que se pueda comenzar a ver este proceso de cambio del país con sus pro y sus contras, pero por lo que es, por lo que propone, por lo que hace, y sobre todo, para quienes lo hace.

    El mismo marketing televisivo les fue en contra: tuvieron que hacer el racconto de lo que NK hizo en su gobierno, todo junto. Impresionante. Sobre todo, para mucha de la gente que acabo de mencionar; recién ahora "cayeron".

    Los "Otros" seguirán, por todos los medios, poniendo palos en la rueda. A sus "representantes en el Congreso" se lo ve (excepto quizá el hijo de Alfonsín) cada día más empequeñecidos; y respecto a la verdadera oposición, la de Clarín y La Nación, la veo cada vez más desgastada, menos influyente.
    De todos modos, siguen representando el peligro de las fieras acorraladas.
    Pero tengo la convicción que se produjo un cambio de paradigma muy interesante.

    Te saludo con el afecto de siempre

    Eva Row dijo...

    Sujeto,
    gracias por tus respuestas.