domingo, 18 de abril de 2010

El Dr. Grondona y la evolución de los gorilas

Como cada domingo, el Dr. Grondona vuelve a iluminar nuestra oscura existencia desde su columna en el Diario La Nación. Esta vez, el rayo de luz cayó sobre la polémica en torno al nuevo gorilismo anti-k, de acuerdo a lo dicho por el escritor Guillermo Martínez en una entrevista.

Martínez sostiene que hay un nuevo gorilismo en la era k, que rechaza todo lo proveniente del gobierno sin analizarlo, basándose en un odio irracional. El Dr. G no se priva de destacar que Martínez en un principio apoyó al kirchnerismo , pero que luego se fue alejando, y que hoy preconiza la necesidad de una mirada más racional para juzgar al gobierno. Convengamos que no lo consideraría candidato para obtener un premio por su aguda observación social, pero, hasta aquí, sano sentido común. Veamos la construcción que hace nuestro columnista basándose en ésto. Comienza su análisis poniendo a Kirchner en una misma serie junto con Rosas y Perón. Aquí podría suponerse que es como un halago, pero en realidad, no tarda en mostrar la jugada: es la serie de los que despiertan sentimientos de odio, la serie de los "odiables", que con su delicadeza acostumbrada él denomina como "hombres fuertes", y su relato de cómo les fue, en la historia, a quienes se les opusieron. Sostiene que, mientras los antirosistas lograron, más allá de derrotar al tirano, pensar y plasmar "otro país", los antiperonistas de los 50 fracasaron, ya que el derrocado tirano volvió años después con toda la gloria. (¿habrá que leerlo como una autocrítica en su personal estilo ? si lo es, se cuida mucho de no aparecer como involucrado, sino más bien como un relator en off). Ahora bien, ¿ Qué determinó el triunfo de uno y el fracaso de otros ? No fue -en sus palabras- el exceso de odio, sino defecto de imaginación ( también, comparando a Alsogaray con Alberdi...)

Cuando Martínez ejemplifica este odio irracional en los deseos de muerte ante la operación de carótida de Néstor K, Grondona efectúa una inversión de la carga, preguntándose si "es racional" caracterizar a Cobos como un croupier del Senado. Por lo pronto, ubica a los K como el origen del odio. Es interesante ver también como este discurso que despliega es totalmente sincrónico, toma cada momento histórico totalmente desprovisto de sus antecedentes, de lo determinante a su conformación particular, son como puntos de cristalización, en donde la historia se detiene.

Decíamos que ubicaba a los K, a sus actitudes, como generadores del odio, por lo tanto, va a terminar postulando que, para superarlos, no basta con un "manso no kirchnerismo", esto es, algo meramente distinto, (cito) " sino formular en conjunto un proyecto nacional englobante como el Acuerdo de San Nicolás o el Pacto de La Moncloa". Imposible no ver aquí el anhelo duhaldista ( y por supuesto, también grondoniano) de aministías reparadoras, reconciliaciones históricas, etc Es para lo que sostiene su esperanza ocurra el año próximo.

Ahora sí, va llegando al punto que le interesa, que es la construcción de una línea conceptual donde liga "lo racional "con "lo normal", por oposición a otra, en la que "lo anormal" estará relacionado con " lo irracional" . Su razonamiento es el siguiente: para evaluar al gobierno racionalmente, es decir, sin el prisma del odio, Néstor Kirchner debiera de ser un candidato como cualquier otro, normal -cito- "en cuanto a que ninguno ha renegado del espíritu democrático y representativo de nuestra Constitución". La anormalidad se verificaría en un pecado de origen: dado que con Cristina tienen un matrimonio políticamente indisoluble (me hizo recordar a Bergoglio...) si Néstor K ganara las elecciones de 2011, sería un tercer período consecutivo de gobierno, ergo, ilegal. Solo le resta dar un paso más: si lo distintivo del kircherismo,( amén de su poco respeto a ciertas formas, como el trato poco protocolar al peculiar vicepresidente en ejercicio de la oposición) es su estilo de concentración de poder, ¿quién le asegura a nuestro atribulado columnista,( y a la patria odiadora) que no estén buscando una eternización en poder ? Cito textual su conclusión: "Este temor, ¿sólo resulta del odio irracional que condena Martínez, o constituye, al contrario, una expresión enteramente racional ?".

Esforzado trabajo que toma para justificar el odio, que por supuesto, siempre es causado por el otro. Es éste un odio que justifica cualquier maniobra desestabilizadora, como su obsceno regodeo con Biolcatti (y tantos otros "próceres")

Esforzado trabajo para deslegitimar a un gobierno surgido del voto popular.

Esforzado trabajo para seguir siendo Mariano Grondona, sencillamente quien ha sido y quien es, Mariano Grondona.

Casi todo dicho.


2 comentarios:

Eva Row dijo...

Sujeto de la Historia,

muy bueno tu trabajo de desentrañar el artículo de Grondona.
El está poniendo acá una sola idea que lo consume: que los Kirchner no se van más. Eso lo atemoriza, porque sabe que su facción está perdiendo, porque sabe que su facción sólo la sostenían los golpes militares. Sin militares, no sabe hacer política. Les está diciendo a los de la oposición, que deben armar rápido algo que impida que vuelvan los Kirchner. A eso le llama "proyecto de país". Y trata de que lo entiendan, que el odio lo generan los Kirchner por tener la fórmula para quedarse en el Gobierno. Y eso está mal. Porque en realidad los dos son uno sólo, y van a ir rotándose todo el tiempo y no se van a ir más. Lo que no dice es que para quedarse hay que votarlos, y si los votan es porque se lo merecen. Pero a él no le importa, porque está acostumbrado a tratar como si fuera el dueño del país, y los demás los intrusos.
Su letanía permanente es por que se vuelva al prestigio de los militares y que estos puedan volver a manejar las riendas de los gobiernos, ayudando a la represión de posibles insurgencias. Todo lo que le preocupa a Grondona son sus campos, su estancia, el dinerillo que viene fácil desde generaciones. Y tiene miedo, porque esto ya se está yendo de las manos. Los gorilas de ahora fracasaron porque no lograron echar a Perón para siempre. Y encima ahora vinieron estos montoneros que no se van más.
Habla de que a Rosas lo echaron y construyeron un país a partir de un proyecto. Es como un turco en la neblina, no entiende que el país entonces recien se estaba haciendo, que el proyecto de ayer es el mismo de hoy: un país para los dueños de la tierra fértil. El no tiene ningún proyecto que formular, tiene que defender el país proyectado por la generación del 80. Y para asegurar que ese proyecto continúe hay que echar a los Kirchner y evitar que vuelvan, mediante el pacto de la Moncloa, es decir: vuelvan los gendarmes cuidadores de nuestras vacas (hoy soja).

Sujeto de la Historia dijo...

Gracias por tu comentario, Eva.
Vos sabés que, cuando lo releo después de publicarlo (una mala costumbre que tengo es no hacerlo antes) llego, además, a otra conclusión: este "pecado de origen" y esta apología del odio son dos condiciones indispensables para una hondurización (por supuesto, para salvaguardar las instituciones democráticas...).

Saludos