domingo, 26 de septiembre de 2010

El imbécil sube al taxi

Contó Eduardo Aliverti en su programa habitual de los sábados por la mañana por Radio La Red, que se subió a un taxi, y el conductor le contó que realizó la investigación que les relato brevemente a continuación:

Cuando se suben determinados pasajeros, ante la indicación de la dirección del destino, les comenta que es preferible ir por determinado camino ya que por aquel otro está todo cortado por piquetes.
Ante esta advertencia, normalmente el pasajero acepta y acto seguido, empieza a quejarse de estas inaceptables complicaciones que en los paises serios no suceden, que así va el país si estos negros de mierda no nos dejan producir, que son pobres pero no quieren trabajar, vagos que viven de los subsidios, subsidios pagados con nuestros impuestos, ¿a vos te parece?
Y una largísima lista de lugares comunes que es muy fácil imaginar.

Este inefable taxista, luego de unos minutos en los que los deja despacharse a gusto aunque suelen ser muy rutinarios y repetitivos, les aclara: “pero no de esos piquetes, son piquetes de gente del campo”.
Revelación ante la cual, y luego de unos largos segundos, a veces larguísimos, la inmensa mayoría de los que se quejaban contestan comprensivos:
“y qué querés, con lo que les están haciendo pobres”

¿Por qué nunca me subí a ese taxi?





EL IMBECIL
de León Gieco

"Sos de los que quieren que los chicos estén
pidiendo guita y comida en las calles
Cerrás las ventanillas de tu auto falo,
cuando los chicos te piden un mango
Cuidado Patri, guarda Ezequiel,
cuidado el bolso con cosas de valor
Cuidado Nancy, poné el brazo adentro,
de un manotazo te sacan el reloj
Soy su padre y les voy a explicar
que piden para no trabajar
No tuvieron la suerte de ustedes de tener
un padre como el que tienen

Sos de los que miran el retrovisor y cierran todo,
todo justo a tiempo
Y esa manito que golpea el vidrio te hace
revolcar en tus pobres triunfos
Cuidado tía, vos que en todos confiás,
ese pañuelo que es de seda francesa
Cuidado chicos, miren sin mirar,
porque estos entran enseguida en confianza

Soy su padre y les voy a explicar
que piden para no trabajar
No tuvieron la suerte de ustedes de
tener un padre como el que tienen

Sos un imbécil que a los chicos
culpás de la pobreza y la mugre que hay
Que nunca te echen, rogale a tu Dios,
porque en el culo te pondrás ese auto
No quiero que me limpien el parabrisas
porque está limpio y lo van a ensuciar
No quiero que me pasen esa estampita,
de alguna iglesia la habrán ido a robar

Soy su padre y les voy a explicar
que piden para no trabajar
No tuvieron la suerte de ustedes de tener
un padre como el que tienen



5 comentarios:

Paola dijo...

existe ese taxista? Muy bueno la elección de la canción.

Rafa Hambra dijo...

Muchas gracias Paola, la empecé a tararear ni bien Eduardo termino de contar la anécdota. ¿Por qué será? ¡Juas!

Aunque debo decirte que tengo un amigo taxista, y bien podría haber sido él. Existe, sí que existe.

Un saludo.

Eva Row dijo...

Rafa, gracias por contar esta anécdota tan brillante.
Yo viajo siempre en taxi, y puedo decir que una mitad por lo menos es ferozmente brutal, directamente a favor del Proceso, diciendo cosas como "acá hay que matar a unos cuántos". La última vez que me lo dijeron, le contesté que se habían matado ya a unos cuántos y que no había mejorado la cosa. A veces me hago la cínica, como para ver si puedo entrarle por algún lado flojo a la bestia.

Lo más desagradable me ocurrió hace unos meses. Fui a cobrar mi jubilación al Banco Nación Plaza de Mayo, que está al lado de la Casa Rosada. Al salir subo a un taxi y le digo al tipo: vamos derecho por Av de Mayo hasta Larrea.
El tipo me contesta: ¿para qué quiere ir por Av de Mayo si "la rea" está acá en la casa de gobierno.
Habré estado dos segundos y medio paralizada tratando de creer que era verdad lo que me estaba diciendo, luego de lo cual, sin decir ni mu, me bajé del taxi, le dí un portazo y le grité ¡hijo de puta! Se acercó un policía a preguntarme qué pasó. Le contesté que el taxista había insultado a la Presidenta. Miró hacia el infinito y se volvió a ir adonde estaba.

Sujeto de la Historia dijo...

Gente
Nunca he tenido la suerte de que me toque un taxista así; por lo general los que me han tocado son émulos de King Kong, a los cuales les suelo parar el carro secamente pidiendo que no me hablen de política (demasiado que les banco la radio 10, o Magdalena, o el Exprimidor...)
Saludos

Carmela dijo...

Hay muchos imbéciles esparcidos por todos lados.Lamentablemente.
Es recurrente la queja contra los piquetes .
Les molesta todo lo que tenga que ver con la pobreza .
Qué distancia hay entre un pequeño burgués de ideas cortas y un fascista???
Los taxistas con los que tropiezo también critican los piquetes.
El de la anécdota parece irreal.
El tema de Gieco : Más apropiado ...¡ imposible!!!