jueves, 24 de junio de 2010

Crisis y defensa institucional

La crisis económica, política y social iniciada en diciembre de 2001 marcó el comienzo de una ruptura con un modelo de exclusión social que, hasta ese momento, había crecido al amparo del neoliberalismo imperante en nuestro país.

Esta ruptura tuvo beneficios para algunos y amplias restricciones para la mayoría de la población trabajadora que siempre apeló a defender sus posiciones dentro del marco de la institucionalidad. Al respecto creemos conveniente la lectura del excelente artículo Trabajadores, en primera fila, de la Dra. Silvia Lilian Ferro cuyo link es el siguiente:
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-3999-2009-08-23.html

No podemos decir lo mismo de amplios sectores de las clase medias que, durante el conflicto de la 125 y en un marco económico - social completamente distinto, tomaba posiciones que iban inclusive contra sus propios intereses, al respecto nos parece ilustrativo el comentario de Mauricio Kartún en el post del 12 de junio. La reactivación económica permitió el descenso de la desocupación, lo que sumado a un cambio en las políticas desde el Estado hacia el sector asalariado pone en marcha herramientas de negociación que se habían dejado olvidadas en el desván de los recuerdos como algo perimido; en todo momento el movimiento obrero está dando muestras de su madurez al enmarcarse en la institucionalidad para resolver sus conflictos, situación de la cual no pueden enorgullecerse aquellos que inmediatamente se suben al carro de la reacción fácil contra los gobiernos populares.

3 comentarios:

Sujeto dijo...

Hola,Roque,

Permitime una observación (que en realidad me hago a mí mismo). Cuando decimos que "la clase media... contra su propio interés", lo estamos pensando solamente en términos económicos. ¿Y si su interés pasara poderosamente por otros lugares? Mucha "gente" (TN dixit) está dispuesta a pagar económicamente un buen precio por mirarse en un espejo deformante que lo haga verse un poco más privilegiado de lo que es. Por ejemplo, tener un color distinto al de la mayoría de "los pobres", vestir de otra manera, eventualmente bañarse en las mismas aguas esteñas que algunos millonarios... Hay una cierta dimensión narcisista que habría que comenzar a tomar en cuenta si tratamos de construir un proyecto nacional y popular, porque, -al menos según puedo entenderlo- hay un entramado de cuestiones muy complejo detrás de lo que solemos llamar "clase media".
Un Abrazo

Eva Row dijo...

Hola Roque,
qué buen artículo el de página 12, es uno de esos artículos que uno debe tener presente y no olvidar. Todos hemos hecho un sacrificio enorme en nuestras vidas con la devaluación feroz, menos los exportadores. Y lo peor fueron los que se quedaron sin trabajo. No habría que olvidar esa enorme masa de hombres, mujeres y niños que todos los días buscaban papeles en las basuras. Los cartoneros todavía me siguen emocionando. Y es cierto que los asalariados, siendo los más perjudicados del entramado productivo laboral, se someten a la institucionalidad para discutir sus reclamos, y en cambio los grandes beneficiados enfrentaron a la institucionalidad con esos cortes de ruta.

Roque dijo...

Hola Sujeto,
Gracias por tus comentarios sobre el post, creo que, como bien lo señalás vos, la identificación pasa por otos aspectos que no son puramente económicos, podemos mencionar el status por ejemplo. Justamente esa identificación falsa de una franja social que mira "hacia arriba" en cuanto a sus deseos pero no alcanza a plantarse sobre su propia realidad que, en definitiva también lo identifica. Hablamos tal vez de identidades no deseadas, o vergonzantes, por ello también asumen posturas que rompen con la instituionalidad a dierencia de los sectores populares que, a pesar de la embestida neoliberal, siempre la han repetado y buscando dierentes métodos de lucha.