Este post es en parte en respuesta a un comentario que hizo ayer Jorge Devincenzi a un viejo post de Comandante Cansado "Y dale con los nazis" .
Cuando uno mira para atrás en la historia, busca como en un cofre qué me sirve para resolver o entender cosas de hoy. Hablar sobre el fascismo de Perón no resulta un mero ejercicio histórico inocente de puro interés científico, sino de claro interés gorila, para anatemizar a Perón y al peronismo. Eso, desde que llegaron los Kirchner al gobierno, es más indefendible todavía, pero sin embargo insisten, porque se quiere manchar también a los Kirchner con una cuestión de pedigree, por más que el gobierno que estamos viviendo se parezca mucho más a un gobierno de izquierda que a otra cosa, y que para mí aplica el verdadero peronismo, que es lo que aplicó Perón hasta el 55.
Por eso me resisto a hablar muy en serio sobre el asunto, porque yo apoyo al peronismo, a Perón de la primera y segunda presidencia ( no al de la vuelta con López Rega) y sí fervientemente a los Kirchner y no me gusta que me manipulen con "argumentos" sensibles, con argumentos cazabobos, con argumentos que están a expensas de un objetivo subalterno.
¿Qué me importa si Perón se inspiró en el fascismo para elaborar su pensamiento? Las inspiraciones no interesan, sólo los resultados, las obras. ¿Qué me importa en qué antisemitismo se inspiró Wagner para componer su música, si compuso una obra maravillosa y no hay nada de fascista en la música romántica que compuso?
Pero por una vez voy a decir lo que pienso sin tener que defender causas por elevación. Es cierto que Perón fue amigo y recibió amparo de los tiranos fascistas de América y del de España, Francisco Franco. Y bueno, miremos para otro lado, eso no tiene significado en los resultados. Por suerte no tuvo influencia ese mundo de amistades impuras, como tampoco que haya dejado entrar a criminales de guerra buscados afanosamente como Eichmann. No sé qué hubiera pasado si Alemania hubiera ganado la guerra, pero podemos saber cuántos otros nacionalistas conservadores hubieran adherido además de tal vez Perón, cuántos otros como el padre de Magdalena Ruiz Guiñazú, crema de la oligarquía. Y si no fuera porque los negocios de la oligarquía eran con Inglaterra, cuántos oligarcas argentinos hubiera abrazado al fascismo.
No tiene goyete hablar del fascismo de Perón. Sólo sirve a la causa gorila. Y se lleva a cabo para afianzar tanto a una derecha oligárquica antiperonista como a una izquierda stalinista vetusta, o una izquierda iluminada e irredenta.
Yo también soy de izquierda, y por eso me simpatiza muchísmo el Perón del 17 de octubre que en realidad es creación popular.
Si entendemos a Perón como una figura autónoma nos equivocamos. Perón en la Isla Martín García le escribe una carta a Evita diciéndole que iba a pedir la baja militar, que iban a casarse y a comprar una casita con jardín para vivir tranquilos el resto de su vida. Pero sorpresivamente el pueblo le dice que no a sus proyectos, se va a la Plaza de Mayo y lo trae de una oreja a continuar con lo que había empezado. El pueblo hace a Perón el líder que fue. Nunca hubo una cosa más expeditivamente popular que ese 17 de octubre.
Perón ni siquiera fue antisemita, aunque no tenía por qué amar demasiado a los judíos como por otro lado tampoco lo hizo nunca nadie. Pero si hablamos de su ministro de Economía y amigo personal, judío y comunista José Ber Gelbard, está todo dicho.
El argumento del fascismo de Perón es sucio, porque no explica nada de su obra.
Cuando uno mira para atrás en la historia, busca como en un cofre qué me sirve para resolver o entender cosas de hoy. Hablar sobre el fascismo de Perón no resulta un mero ejercicio histórico inocente de puro interés científico, sino de claro interés gorila, para anatemizar a Perón y al peronismo. Eso, desde que llegaron los Kirchner al gobierno, es más indefendible todavía, pero sin embargo insisten, porque se quiere manchar también a los Kirchner con una cuestión de pedigree, por más que el gobierno que estamos viviendo se parezca mucho más a un gobierno de izquierda que a otra cosa, y que para mí aplica el verdadero peronismo, que es lo que aplicó Perón hasta el 55.
Por eso me resisto a hablar muy en serio sobre el asunto, porque yo apoyo al peronismo, a Perón de la primera y segunda presidencia ( no al de la vuelta con López Rega) y sí fervientemente a los Kirchner y no me gusta que me manipulen con "argumentos" sensibles, con argumentos cazabobos, con argumentos que están a expensas de un objetivo subalterno.
¿Qué me importa si Perón se inspiró en el fascismo para elaborar su pensamiento? Las inspiraciones no interesan, sólo los resultados, las obras. ¿Qué me importa en qué antisemitismo se inspiró Wagner para componer su música, si compuso una obra maravillosa y no hay nada de fascista en la música romántica que compuso?
Pero por una vez voy a decir lo que pienso sin tener que defender causas por elevación. Es cierto que Perón fue amigo y recibió amparo de los tiranos fascistas de América y del de España, Francisco Franco. Y bueno, miremos para otro lado, eso no tiene significado en los resultados. Por suerte no tuvo influencia ese mundo de amistades impuras, como tampoco que haya dejado entrar a criminales de guerra buscados afanosamente como Eichmann. No sé qué hubiera pasado si Alemania hubiera ganado la guerra, pero podemos saber cuántos otros nacionalistas conservadores hubieran adherido además de tal vez Perón, cuántos otros como el padre de Magdalena Ruiz Guiñazú, crema de la oligarquía. Y si no fuera porque los negocios de la oligarquía eran con Inglaterra, cuántos oligarcas argentinos hubiera abrazado al fascismo.
No tiene goyete hablar del fascismo de Perón. Sólo sirve a la causa gorila. Y se lleva a cabo para afianzar tanto a una derecha oligárquica antiperonista como a una izquierda stalinista vetusta, o una izquierda iluminada e irredenta.
Yo también soy de izquierda, y por eso me simpatiza muchísmo el Perón del 17 de octubre que en realidad es creación popular.
Si entendemos a Perón como una figura autónoma nos equivocamos. Perón en la Isla Martín García le escribe una carta a Evita diciéndole que iba a pedir la baja militar, que iban a casarse y a comprar una casita con jardín para vivir tranquilos el resto de su vida. Pero sorpresivamente el pueblo le dice que no a sus proyectos, se va a la Plaza de Mayo y lo trae de una oreja a continuar con lo que había empezado. El pueblo hace a Perón el líder que fue. Nunca hubo una cosa más expeditivamente popular que ese 17 de octubre.
Perón ni siquiera fue antisemita, aunque no tenía por qué amar demasiado a los judíos como por otro lado tampoco lo hizo nunca nadie. Pero si hablamos de su ministro de Economía y amigo personal, judío y comunista José Ber Gelbard, está todo dicho.
El argumento del fascismo de Perón es sucio, porque no explica nada de su obra.
6 comentarios:
Bueno, polémica no hay porque nunca dije, ni pienso, que Perón haya sido fascista ni nada senejante. Comparto tu visión sobre el gorilismo siempre latente y ahora renacido con el gobierno K. Sin embargo, me parece central (esto es, metérselo en la cabeza al estúpido sentido común dominante) cómo Perón intentó realizar un desarrollo industrial autónomo con el concurso de técnicos y científicos alemanes. E incluso con capitales alemanes, los que habían sido congelados con la guerra y que luego formaron el grupo DINIE. Los sectores medisos disfrutan de esa industrialización que el peronismo impulsó, pero no logran reconocerlo porque están obnubilados por el papel del cabecita, las hordas salvajes de Ensenada, etc. En cuanto al nazismo, su rasgo fundamental no fue una determinada organización de la sociedad y la producción, sino haber puesto en movimiento una maquinaria industrial de exterminio, algo que ya había anticipado Napoleón según mi admirado escritor Anthony Burguess. Siguiendo a la escuela de Frankfurt, creo que el nazismo perdió la guerra pero ganó la paz, y como dijo Brecht, y también Bergman, la bestia no había sido derrotada porque dejó demasiados huevos. Abrazo y si olvidé algo, luego lo agrego. Muy interesante tu pensamiento
Hola Eva
Cada día que pasa siento una rebeldía mayor hacia las etiquetas, en la medida en que me es posible.
Se me ocurre que por acá pasa la cosa: nadie sabe cómo etiquetar al peronismo, se escabulle de toda teorización. Cuando pensás que lo agarraste por un lado, sale por el otro. Será por eso que puedo simpatizar mucho más con el peronismo que con el PJ.
Ya sé, muchos dirán que es un comentario casi de perogrullo, pero no creo que todo lo que esté en el PJ termine siendo peronista, y tampoco que lo peronista se reduzca al PJ. Creo que justamente es esto lo subversivo, y esto es también lo que se verifica con el kirchnerismo actualmente: lo disruptivo.
Muy bueno tu escrito, como todo lo bueno, da ganas de pensar al respecto.
El cordial saludo de siempre.
Compañera Eva, le pegaste al clavo en la cabeza con este post. Muchas veces me tocó la incomoda tarea de defender mi posición peronista a varias personas que repiten como loros la chicana esta del fascismo de Perón. Yo pensaba algo parecido a lo que escribiste, pero no se me ocurria como ponerlo en palabras, gracias por darme los argumentos para contestar ante los embates del gorilismo republicoinstitucionaloide de la tilingada argentina
=)
Jorge,
te contesté con un post :)
Estamos de acuerdo Sujeto de la Historia. Yo simpatizo con el peronismo pero no con el PJ. Pero no me hago problema. Voy a votar por el peronismo votando a Kirchner. Yo creo que el fenómeno del peronismo no es distinto al de otros. Donde haya una fruta madura seguro que se acercan las moscas. ¿No?
PPP
compañero, ¿sabés qué pasa? mi familia es víctima del holocausto nazi, así que puedo comparar, y me tienen podrida los que "usan" a los muertos para llevar agua a su molino; no son inocentes compañero. En Polonia un alumno judío no podía llevar la bandera polaca aunque fuera el mejor alumno de la escuela. Dejémonos de jorobar. Hablan los que no la vivieron o hacen política sucia con argumentos truchos.
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