Nos enteramos por Gal de Registro Mundo que Sylvina Walger (la inventora de la infame expresión "pizza con champán", que derrama asco estético como si lo peor que pudiera reprochársele al menemismo es haber sido "grasa") escribió en una nota para La Nación que " 6, 7, 8 es un programa del que Goebbels se hubiera enorgullecido." Por favor, que salte un bloguero opositor (uno sólo, no pido mucho), a criticar de una vez el uso de falacias del tipo "reductio ad Hitlerum". Nosotros lo tenemos a Lucas, que se subleva contra el uso de esas falacias vengan de donde vengan (él critica un caso puntual justamente en el mismo programa del que habla la fina y delicada Walger). ¿Y los opositores? Silencio de radio. ¿Tan difícil es? No se puede comparar a los adversarios políticos, en una democracia, con asesinos y criminales. No se puede, punto. Está mal. Eso debería estar dentro de los cuatro o cinco puntos en los que tenemos que ponernos de acuerdo que tanto mencionan algunos notables de la oposición, ¿no? No me lo agradezcan, muchachos opositores. Es un humilde aporte para la moderación y el consenso que tanto nos gusta a todos.
jueves, 28 de enero de 2010
Y dale con los nazis
AUTOR:
COMANDANTE CANSADO
Nos enteramos por Gal de Registro Mundo que Sylvina Walger (la inventora de la infame expresión "pizza con champán", que derrama asco estético como si lo peor que pudiera reprochársele al menemismo es haber sido "grasa") escribió en una nota para La Nación que " 6, 7, 8 es un programa del que Goebbels se hubiera enorgullecido." Por favor, que salte un bloguero opositor (uno sólo, no pido mucho), a criticar de una vez el uso de falacias del tipo "reductio ad Hitlerum". Nosotros lo tenemos a Lucas, que se subleva contra el uso de esas falacias vengan de donde vengan (él critica un caso puntual justamente en el mismo programa del que habla la fina y delicada Walger). ¿Y los opositores? Silencio de radio. ¿Tan difícil es? No se puede comparar a los adversarios políticos, en una democracia, con asesinos y criminales. No se puede, punto. Está mal. Eso debería estar dentro de los cuatro o cinco puntos en los que tenemos que ponernos de acuerdo que tanto mencionan algunos notables de la oposición, ¿no? No me lo agradezcan, muchachos opositores. Es un humilde aporte para la moderación y el consenso que tanto nos gusta a todos.
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18 comentarios:
Yo también tuve la desgracia de cruzarme con ese vomitivo artículo de la Walger y leerlo...
Verdad es, habría que cuidar un poco el uso liviano de "nazi", etc. Pero que los hay, los hay, y lo que más me subleva es que sean justo algunos de ellos quienes más acuden al epíteto para aplicarlo nada menos que a los K. Que podrán tener todos los defectos —reales o inventados— que quieran menos eso.
No, Ricardo. Ni Walger ni Tintín son nazis ni estalinistas, por ejemplo. Sólo profundamente irresponsables (y clasista y elitista, en el caso de Walger). Dejemos el epíteto "nazi" para los nazis y los neonazis. Al resto, démosles simplemente el nombre que les corresponda en cada caso.
No quise decir que la Walger sea "nazi", sino simplemente que haberlos los hay, o al menos "fachos", y son precisamente algunos de esos —no digo quiénes para no empezar a debatir una lista de nombres que podría ser larga— quienes llaman "Hitler" a NK.
En nuestro país hay nazis "de a de veras" —conozco unos cuantos—, quienes normalmente no se ven, pero muchos más hay de mentalidad que cuando menos se puede calificar de "fascistoide".
Todo bien, Ricardo 8 (y ufa, me sale decirle Tintín a Quintín sin darme cuenta!).
Lo que creo es que tampoco es bueno autolimitarse hasta el punto de no poder usar metáforas. "goebbeliano", por ejemplo, explica con ahorro de palabras que alguien aplica el "miente, miente que algo queda".
Y lo que hace Walger en esa nota es aplicarle esto nada menos que a un programa que —precisamente— lo que hace es exponer las infinitas mentiras con que los otros medios nos bombardean diariamente. En este sentido, relacionar con Goebbels a "6-7-8" es lo mismo que decirle Hitler a NK.
Hablemos con responsabilidad pero no en demasía. Limitar "nazi" exclusiamente a quienes lo son realmente, a conciencia y en toda su extensión, me parece "tantito demasiado" restrictivo.
Ahí no estamos de acuerdo, Ricardo. Llamar "nazi" a quienes no lo son es banalizar.
Quizás no nos entendemos porque estás hablando en términos absolutos, reduciendo a es/no es (algo bien difícil de determinar a ciencia cierta), mientras yo hablo de metáforas que ayudan a entender conceptos y tendencias.
¿Cómo sabés QUIÉNES NO lo son?
Como dije, conozco —personalmente— a unos cuantos que sí lo son, pero jamás lo admitirían en público.
¿Conocés, por ejemplo, algún racista que se reconozca como tal? Y sis embargo, ¡está lleno!
¿Hace mal Verbitsky —por dar otro ejemplo— en ponerle "Maurizio" al mequetrefe? ¿No es una manera legítima de expresar que su verdadera ideología no debe andar demasiado lejos —"en el fondo"—del nazismo? Nazismo que existe, pero en grados varios, pocas cosas bajo el sol son absolutas, verdaderos nazis hay poquitos.
Hace mal, porque habilita el uso abusivo del término. Diciendo eso no podés criticat a Walger: ¿que sabés vos de la "verdadera" ideología de quien sea? O se puede llamar "nazi" a quien se te ocurra o no se puede.
"Abusivo" es un término sumamente relativo, ¿quién tiene la medida exacta, quién sabe cuál es el límite preciso? Yo creo que no lo hay, al menos no en términos absolutos.
Cuando M.M. nombra funcionarios que son todos —probadamente— "fachos", i.e. fascistoides, tengo todo el derecho de pensar que él también lo debe ser, que "por ahí va" su verdadera ideología, aunque él, por razones obvias, jamás lo vaya a epresar así.
Sí puedo criticar a Walger —y al mismo tiemo defenderla parcialmente—, porque en realidad NO llamó "nazi" al programa 6-7-8, lo que dijo es que "Goebbels estaría orgulloso" (o algo así), significando que MIENTE, ¡y ahí está la mentira! Entonces, la "goebbeliana" es ELLA. Lo cual NO es llamarla "nazi".
"Tantito stalinista" se levantó hoy, "mi Comandante"... (¡Es broma, es broma, no tengo ganar de buscar "smilies!").
Y usted ya parece Quintín regalando Stalins a lo pavote (también es broma).
Todo viene de una confusión ocurrida durante la llegada el primer peronismo. Eran tiempos en que el populismo se concebía sólo en dos formas: el socialismo soviético o el nazi-fascismo. El nazi-fascismo fue un populismo en reacción al socialismo. Luego la historia siguió, el nazismo de Hitler y el fascismo de Mussolini cayeron inmediatamente, y los regímenes como el de Franco o el de Stroessner, francamente fascistas, y el gobierno de Perón, sospechado de fascistoide fueron desapareciendo.
Ahora, acá nunca quedó claro para la burguesía argentina, que el regimen de Perón no tuvo nada de fascista en los parámetros de funcionamiento, nada comparable a Franco ni a Stroessner, salvo en el refugio de nazis criminales de guerra.
Pero el antiperonismo que pretende tener el signo de antifascismo, es en realidad un antipopulismo burgués, que no quiere ver las diferencias del peronismo con el fascismo.
Y también es un antipopulismo generado por las nuevas ideas del neoliberalismo, mucho más cercanas al combate fascista contra el populismo de izquierda, que a las ideas del antinazismo burgués.
Hoy ser antipopulista no es igual a ser antifascista, tampoco es igual a ser nazi, porque el nazismo es un populismo.
Sintetizo: los antiperonistas no son nazis porque serían populistas de derecha.
Eva: ta bueno lo que decís.
Reppel Guillermo: yo tampoco lo soporto, por eso leo blogs que me ahorran el trabajo :). Y que se sintiera agredido habla bien de usted: ese tipo de cosas ofenden la inteligencia sin distinción de partido un opinión. Y no está mal eso que dice al final, es cierto, es una cosa positiva.
Y gracias por la ilustración, Eva.
Comandante Cansado,
me gustaría que leyeras y comentaras algo en los excelentes posts de dos nuevos compañeros de La Cooperativa, que son dos hallazgos del azar de Internet, y escriben ambos como los dioses.
Supongo que no te referirás a mí por la descripción final, pero si fuera el caso, debo decir que no me llevó a tus blogs una de las tormentas binarias en las que me interno insensatamente y que a veces me conducen al descubrimiento de algún tesoro. Me enviaron un correo invitándome a leer tu blog (La cosa), y mi peligrosa curiosidad me llevó a ir entrando a los enlaces que no conocía.
Ahí encontré La cooperativa.
La opinión de la Walger tiene que ver con las típicas asociaciones de la mentalidad media argentina, que no han logrado superar la era cuaternaria. En 1946, Frondizi decía que Perón era agente inglés porque quería nacionalizar los FFCC. Dos años después, Codovilla denunció a Perón como agente alemán. Habría que preguntarse qué postura tendría uno en aquellos años respecto de la guerra. Está claro hoy que el nazi-fascismo fue una respuesta capitalista al avance del comunismo soviético. Poco se recuerdan las sangrientas revueltas socialistas post-primera guerra mundial en Alemania, Italia, Francia, etc. La acusación de que el peronismo original fue fascista tiene algo que ver con su modelo social, que intentaba superar el de la democracia liberal burguesa. Si lo consiguió o no es otra discusión. Respecto a que fue refugio de asesinos, hay en ello más leyenda que realidad. Los nazis obviamente no iban a refugiarse en EEUU o Gran Bretaña, y buscaron aquellos lugares donde los controles eran menos efectivos. Pero lo sustancial no es eso, sino que Perón intentó algo que hicieron con mucho éxito EEUU, Gran Bretaña y la URSS: utilizar los adelantos científicos y técnicos de Alemania para generar un desarrollo industrial autónomo. Eso no implicaba ninguna elección moral. En el 55, no faltaron las acusaciones de que Perón había sido un agente de EEUU. El argumento fue el famoso contrato con la California, pero se esconde, como tantas cosas se han escondido, que Perón lo había enviado al Congreso para que decidiera. Luego, Frondizi lo hizo, sin Congreso. No daría mucho, en definitiva, por las opiniones de Silvina Walger, cuyo objetivo, como el de otros, es limar al gobierno. Y esas asociaciones libres vienen al pelo.
Bueno el comentario, Jorge, gracias.
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