Sumo desde aquí un granito de arena para que la población conozca un poco más al (¿ex?) futuro ministro de educación de Macri (de nada, Mauricio) en la ciudad de Buenos Aires, esta vez en su faceta de escritor. Resulta que el señor Posse ha escrito no una sino dos novelas de ciencia ficción, la primera de las cuales, Momento de morir, fue publicada en 1975 reeditada en 1997. El profesor universitario y teórico de la literatura Fernando Reati, en su libro Postales del porvenir (2006), describe la novela de Posse como una visión "apocalíptica, martirológica y paranoide de una Argentina dominada por fuerzas internacionales que representan al capitalismo y al capitalismo confabulados para poner al mundo bajo la bandera de una supuesta sinarquía judaizante".
¿Exagera Reati? Difícil, si se tiene en cuenta que la novela habla expresamente de "fuerzas negras de la sinarquía".Encima, y con una sutileza de motosierra que Reati no deja de señalar, Posse bautiza a las principales figuras del nuevo gobierno revolucionario con nombres como Tcerniavsky, Satansky (¡Satansky! Espectacular) y Feldman (si llega a asumir y quieren felicitarlo, no le vayan a llevar baréniques al señor Posse). Las autoridades contrarrevolucionarias, por otra parte, tienen bellos nombres con viril aroma a pampa, cirios de iglesia y uniforme nuevo, tales como Marcial Irusta, Robusto Millán, Juan Muraña (pobre Borges) y Eliseo Cruz. Para completar el panorama, agreguemos que las malignas facciones internacionalistas, falsamente cristianas, se dividen entre "trotzcristianos" y "ortoleninistas", e incluyen grupos militantes tales como la Federación Episcopal Cristiano-Leninista (formada sobre todo por curas obreros "de buena familia" casados con psicoanalistas) o la Asociación de Pederastas Cristianos, cuyo estandarte incluye "la flor roja y el cristo crucificado cara al leño".
Tu nueva política, Mauricio, tiene un olor a viejo que da miedo. Viejo de cuando quemaban brujas, masomenos.
Tu nueva política, Mauricio, tiene un olor a viejo que da miedo. Viejo de cuando quemaban brujas, masomenos.
4 comentarios:
Pero, comandante, ¿qué esperaba de un peonista ortodoxo en 1975?
Las ficciones sinárquicas de Posse reflejan antes que su imaginación, sus miedos.
Por otra parte, no sería del todo irrelevante que además de criticarlo por su ideología, nefasta, alguien también dijera que su prosa es farragosa y pedante. Con lo cual la descalificación pegaría en el centro de su línea de flotación. Ya se sabe, el ego de los escritores suele ser monstruoso, sin distinción de ideologías, banderías o partidos. Ahí si: ¡Todos argentos!
Hola, udi. Yo era un bebé en el '75, pero pensar que el perfil del "peronista ortodoxo" lambda de la época fuera el de un integrista católico antisemita, reaccionario y homófobo me resulta un poco excesivo. Saludos.
Perdón? Alguna duda con Osinde, Lorenzo Miguel o el mismísimo Lopecito? Vamos compañeroooos, agámonos cargo de lo que es el movimiento peronista, o qué garopa fué Mendez? Abrazo
Gracias Comandante por la nota, es de sumo interés conocer esos detalles.
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