martes, 22 de diciembre de 2009

Acciones ecológicas a escala individual: la afeitada

Por más que la ecología ya no sea percibida como el asunto de un par de loquitos, son todavía relativamente pocas las personas que toman medidas para reducir el impacto de su "huella ecológica" (el impacto de su modo de vida en el medioambiente). Y como no hay que dejar de ver la viga en el ojo propio por buscar la paja del ajeno, me puse a buscar información sobre cómo afeitarse ecológicamente.Y encontré esta wiki, Ekopedia, "la enciclopedia práctica de técnicas alternativas de vida", que contiene diversos artículos con ideas para incorporar la ecología a nuestra vida cotidiana. Ekopedia tiene efectivamente un artículo sobre la afeitada, lamentablemente sólo en francés, en el que se comparan los diversos métodos desde el punto de vista ecológico. Y el ganador es la vieja y querida maquinita de afeitar que usaba tu abuelito, esa que se carga, como su nombre lo indica, con hojas de afeitar. Y es lógico, ya que ni gasta energía como la afeitadora eléctrica, ni tiene repuestos desechables en metal y plástico. Es de metal y dura una eternidad. Y es que a veces las soluciones ecológicas no hay que buscarlas hacia adelante sino hacia atrás. Aprovechar los recursos y técnicas del futuro sin abandonar los del pasado es la manera de utilizar, en todo su potencial, el enorme arsenal de recursos de esa cosa maravillosa y monstruosa que se llama ser humano.

[Fuente de la imagen: Ekopedia]

2 comentarios:

Eva Row dijo...

Muy interesante tu punto de vista, habría que ir pensando cómo mejorar todo lo que hacemos recordando cómo lo hacíamos antes. Yo por mi edad puedo acordarme hasta de cuando no había heladera eléctrica.

Comandante Cansado dijo...

¡Gracias, Eva! Tal cual. Los esfuerzos de las universidades de todo el mundo que pusieron en práctica un programa para que el inmenso saber botánico de los chamanes amazónicos no se pierda (implusaron "escuelas de chamanes", digamos) es un ejemplo de eso. La aculturación hace estragos, y ente otras cosas empeora la calidad de vida, la alimentación, etcétera.

Yo pienso que la clave es no dejarse llevar automáticamente por la alienación general en la que vivimos. Esto es, desnaturalizar un poco nuestras acciones automáticas, reflexionar un poco sobre las actividades cotidianas, y eso puede empezar con cosas tan simples como llevar consigo una bolsa reutilizable en vez de multiplicar las bolsas de plástico, por ejemplo. Son mil las acciones a llevar a cabo, pero no hay recetas: con que cada cual haga un mínimo cambio en sus costumbres, que en cada caso será distinto, ya se está llevando a cabo una transformación. La cuestión es combatir la idea de que vivir más ecológicamente es un enorme esfuerzo realizable sólo por fanáticos. Y no separar la ecología de las personas: la ecología no es por el planeta en sí o solamente, es por los seres humanos. No hace falta dejar de ser egoísta para ser ecologista, alcanza con sacarse un poco las anteojeras, je.

¡Abrazo!