martes, 1 de septiembre de 2009

El Cambalache opositor vs. la Ley de Contenidos Audiovisuales: "Qué falta de respeto, qué atropello a la razón"


Como todos ya sabrán, hoy(*) el gobierno presentó el proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual para ser tratado en el Congreso Nacional. Una ley que es de vital importancia que sea promulgada sí o sí, para poder tener finalmente la posibilidad de una información más libre de manipulaciones por parte de los monopolios u oligopolios (des) informativos.

A nadie escapa que el principal perjudicado si llega a aprobarse la ley, es el grupo Clarín. El mismo que se hizo poderoso a partir de la promulgación de la actual ley de radiodifusión que generó la dictadura genocida de los años '70. Tampoco a nadie que tenga un mínimo de criterio propio puede escapar que la información que brinda el grupo a la población es manifiestamente tendenciosa y deformada, especialmente en los últimos tiempos cuando vio que avanzaba éste proyecto de ley y también a partir del momento en que le fue arrebatado el espectacular negocio del fútbol...
Pero, por supuesto, Clarín no está sólo... Cuenta con un coro de alcahuetes y mequetrefes que como no tienen una sola idea clara y mucho menos, democrática... se avienen a colocarse como quejosas marionetas del grupo Clarín.

En el diario Clarín de hoy aparece una nota en la que expone la posición de diferentes partidos y dirigentes políticos. En una actitud que no es la habitual, el diario remarca en negrita lo que le parece un argumento más contundente...

Por ejemplo, remarca que lo que todos estos dirigentes coinciden es en la desconfianza que les genera éste proyecto de ley y exigen que se trate después del 10 de diciembre, cuando asuman los nuevos legisladores elegidos el 28 de junio. (todo esto en negrita, también)
El "Gran Hermano" Macri argumenta que debe ser así porque la actual mayoría del partido de gobierno en el Congreso "es legal, pero no legítima" Pobre hombre. O es un cerdo o es un imbécil. O ambas cosas a la vez...
El sólo hecho de que la ley indique que el mandato de los actuales legisladores es absolutamente válido, legal y... legítimo hasta el 10 de diciembre, deja totalmente mal parado a quien argumente semejante estupidez...

El gran demócrata y pluralista Francisquito De Narváez expresó: "¿Hay alguna duda de que este proyecto pretende controlar los medios?" y repitió la misma insensatez de su compadre, el "Gran Hermano" Mauricio... (debe tratarse después del 10 de diciembre) Y agrega el tan gastado versito de que quieren hacer lo mismo que Chávez... que, dicho sea de paso, no cerró ningún medio de comunicación a pesar de que hasta incitan a su asesinato. Sólo no renovó las licencias que vencían... Algo que cualquier gobierno del planeta tiene derecho a hacer, ya que las ondas (de radio y televisión) no pertenecen a nadie, por más dinero y poder que tenga. Son patrimonio del Estado, es decir, de todos los ciudadanos...

Otro que se anotó para aportar su cuota de sinsentido fue Gerardo Morales, el presidente de la UCR. Habló del "escaso respeto por los mecanismos, las herramientas y las instituciones de la República demostrado por el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner".
"Obliga a reclamar una norma que tutele los derechos de los ciudadanos a expresarse e informarse con pluralidad, independencia y responsabilidad" (creo que se refiere a la actual ley de la dictadura, que sin dudas, defiende todos esos derechos a los que hace referencia Morales...)

Pero no se quedó en eso... Observó que "no están dadas las condiciones y las garantías políticas necesarias para un serio tratamiento en el Congreso, con amplio y participativo debate en conjunto de las iniciativas con estado parlamentario. La estrategia de hacer valer una mayoría circunstancial, pone en jaque a la democracia doblegando libertades al mejor estilo chavista, con medios de rodillas replicantes del discurso oficial".
Y daaaaaaaale con Chávez...!!!
El argumento de que no están dadas las condiciones es el mismo que se viene planteando hace al menos 26 años, desde que se terminó el período infame de la dictadura de Videla y demás genocidas...

La infaltable senadora María Eugenia Estenssoro hizo un alarde de inteligencia y creatividad al expresar (y Clarín lo remarcó prolijamente con negritas) que... "Si ha destruido al INDEC, ¿cómo podemos creer que quiere democratizar la información?"
Lo del INDEC (que debe admitirse que es cuánto menos un grosísimo error del gobierno) es el caballito de batalla casi único de la oposición para cualquier tema... y, por supuesto, lo del supuesto intento de "chavizar" a la Argentina...

Cada día se hace más evidente la "asociación ilícita" entre éste tipo de políticos advenedizos y los medios de (des) información, y su pornográfica subordinación a ellos.
Como dice Mundo Perverso en un muy buen artículo reciente:

"La simbiosis entre opositores y corporaciones mediáticas evidentemente se traduce en el rechazo unánime por parte de la oposición mediodependiente a cualquier iniciativa que vaya en contra de los intereses de estas corporaciones que les dan espacio y amplifican a estas voces opositoras."

Pero bueno, dejemos que sigan hablando desde sus intereses, desde sus pequeñeces y desde su impotencia...

Para refutar argumentos tan pobres y sesgados, basta con dos cosas:

Decir que el proyecto de ley es el resultado de múltiples foros de discusión hechos por todo el país donde intervinieron políticos, asociaciones civiles, cooperativas, profesionales y ciudadanos comunes.
Fueron 23 foros y hubo más de 10 mil aportes hechos por los participantes. Todo esto garantiza, por sí mismo, el sentido abierto y democrático de lo que se discutirá en el Congreso que, a su vez, podrá tener nuevas modificaciones que, inclusive, podrán aportar estos personajes tan poco afectos a molestar a los poderosos...



Y lo segundo es lo que expresó el Relator de Naciones Unidas para la Libertad de Expresión, Frank La Rue. Es la máxima autoridad de la UN para éste tipo de cuestiones en todo el mundo.

La Rue dijo, entro muchas otras cosas: “Es lo más avanzado que he visto en el continente y en el mundo en cuanto a telecomunicaciones, que aquí le llaman difusión de servicios de comunicación audiovisual” (Ahora soy yo el que pone las negritas...)

Algunos dichos de La Rue cuando visitó nuestro país hace alrededor de un mes con motivo, precisamente, de éste proyecto de ley:

"Y yo dije que mi prioridad es fortalecer el ejercicio del derecho a la libertad. Hay países donde los medios están absolutamente monopolizados, eso es inaceptable y hay que combatirlo. En segundo lugar, hay que generar mecanismos alternativos para que los sectores sociales que nunca han tenido acceso a la comunicación los tengan. A los propietarios de los medios les cuesta entender que la libertad de expresión implica pluralismo. Es uno de los principios doctrinales de los derechos humanos. La libertad de expresión implica pluralismo, y el pluralismo implica combatir los monopolios. Y me hubiera gustado que Clarín me diera el derecho a réplica."

Pero... yo quería hacer un pequeño resúmen de sus declaraciones, pero releyéndolas caigo en la cuenta de que todo lo que dice es muy valioso. Todos sus conceptos. Y es lo que destroza todas las estupideces mal intencionadas a las que me referí al principio. Por eso, pego el resto del reportaje que apareció el 15 de julio pasado en Página 12:

–¿La concentración mediática afecta la calidad de la democracia?

–Absolutamente. A mayor comunicación y libertad de expresión, mayor democracia. A mayor concentración, menos pluralismo y diversidad, menos democracia. Hay que validar algunos criterios. Uno es el pluralismo y la diversidad, no permitir monopolios, otro es también la accesibilidad. Yo creo que todos los sectores tienen que tener acceso a expresar su opinión. Por eso le insisto a todo el mundo que la relatoría es sobre la libertad de opinión y expresión. Opinión no es sólo información. Opinión implica tener medios para expresarse. Hay que revisar nuestras concepciones. Los medios pequeños, comunitarios, pobres, son tan importantes como los grandes medios para que cualquier pueblo formule su propia opinión y llegue a su propias conclusiones. Lo que esta relatoría ataca son los mecanismos de censura. Mecanismos de censura oficial, que no son aceptables en ninguna parte del mundo. Pero la relatoría va más allá. Su función no es sólo romper con los mecanismos de censura. También es promover el pluralismo temático e idiomático. Yo vengo de un país multicultural y multilingüe, donde queremos que los idiomas indígenas mayas también sean conocidos y tengan posibilidad de difundirse.

–Uno de los puntos centrales del proyecto es dividir el espectro de medios audiovisuales en tres partes iguales, el 33 por ciento para los medios privados con fines de lucro, el 33 por ciento para el Estado en sus distintos estamentos y 33 por ciento para las organizaciones comunitarias. ¿Qué opinión le merece ese principio?

–Este proyecto de ley sigue los principios clásicos de la libertad de expresión y de las relatorías. Hay cuatro relatorías en el mundo. La de las Naciones Unidas, la de la OEA, la de Europa y la de Africa. Y las cuatro relatorías han coincidido históricamente en la necesidad de diferenciar los tres segmentos de comunicación comercial, comunitaria y pública estatal. Este proyecto de ley lo que está haciendo es traducir la doctrina de derechos humanos a una ley, a una guía. Y me parece muy bien. También me parece importante mencionar que las telecomunicaciones públicas, oficiales, deben ser independientes. Ese es parte del principio. Siempre hemos puesto como ejemplo a la BBC o Radio Nederlands, que son estatales, financiadas por el Estado y de la mejor calidad pero absolutamente independientes. Pero en lo que contribuye el proyecto de la presidenta Kirchner es en dividir en 33 por ciento cada segmento. Yo mismo nunca me he atrevido a dar recomendaciones tan específicas porque eso lo debe ver cada país. En nuestros países hay una sobresaturación de frecuencias, por corrupción y por mal manejo, y el espectro de radio y televisión están en desorden. Un historiador me decía que si revisáramos las grandes concesiones radiales o televisivas en América latina veríamos que todas estuvieron vinculadas a las dictaduras militares.

–La ley de Radiodifusión vigente en la Argentina, la 22.285, fue inspirada por la Doctrina de Seguridad Nacional.

–Exactamente. La ley de Argentina viene de la dictadura, por eso me parece extraño que haya quienes digan “no, que las cosas se queden como están y dejemos esa ley”. Nunca ningún país con dignidad democrática puede permitir que leyes de la dictadura permanezcan. Es urgente cambiarlas en todo el continente pero especialmente en la Argentina. Además, se la está intentando cambiar de una forma democrática.

-Uno de los ejes del nuevo proyecto es la actividad de la televisión por cable. Hasta ahora en la Argentina el cable es considerado un servicio complementario, no un servicio básico de la comunicación. ¿Este proyecto debería legislar sobre la televisión por cable?

–Un proyecto de ley tiene que legislar sobre todo lo que tenga que ver con comunicación de materiales audiovisuales. Le cuento la ironía de las ironías. En mi país, Guatemala, la televisión abierta, que cubre el 90 por ciento de la población, es un monopolio. Un monopolio extranjero. Sin embargo, la televisión por cable se volvió un medio comunitario. Todos los pequeños municipios del país, incluyendo los municipios indígenas, tienen un canal de cable local, municipal. La televisión por cable puede ser comunitaria, como cualquier otro medio. Por consiguiente, debe ser regulada. Lo que pasa es que siempre va a haber alguien que proteste, cuando los intereses económicos, especialmente monopólicos, son afectados. Pienso que ésta es la obligación de todo Estado.

–Usted dice que la Argentina puede convertirse en un caso testigo de democratización del mapa de medios en América latina. Pero el Gobierno no hizo una buena elección. ¿No teme que finalmente el proyecto no sea aprobado y el fracaso se termine convirtiendo en un caso testigo, pero por la negativa?

–Bueno, yo mañana (por hoy) me reúno con las dos comisiones de Comunicación del Congreso. Y pienso insistirles con el tema. Voy a pedirles conciencia. Convertir este proyecto en ley sería una muestra de la madurez política de Argentina por parte del Congreso. Nadie debe quedarse afuera de esta experiencia. Además, no entendería cuáles podrían ser las razones, en un país que goza desde hace veinte años de democracia, de querer mantener una ley de la dictadura.

Todos lo entendemos, incluyendo al propio La Rue...

(*) Este comentario fue publicado en ufa...!!! el mismo día en que se anunció el envío del proyecto al Congreso (27/8/2009)

Marcelo Boetto

1 comentario:

Eva Row dijo...

Extraordinario esfuerzo de documentación, conceptualización y análisis. Vamos, adelante con la lucha por la liberación de la palabra enjaulada por los Medios!!!